Leyendo las páginas dominicales del MUNDO (08-03-1998), me quedé perplejo ante el sinfín de disparates que se vertían sobre la figura y la vida de Dolores Ibárruri Pasionaria en el artículo La Carmen de Stalin --por cierto, de autoría desconocida-- justo cuando me encontraba en el acto de inauguración de la calle que lleva su nombre en nuestro municipio; acto al que asistió un numeroso público que portaba, muy a mi gusto, banderas rojas y republicanas.

Mas no es de extrañar que un periódico de derechas como es EL MUNDO, pero que de vez en cuando fluctúa entre apoyar a la izquierda real que representamos los comunistas y apoyar a la derecha clásica, la de toda la vida, que representa esa corriente aznarista tan parecida a la derecha de Gil Robles --sin que ello, claro está, suponga que exista una pinza como afirman esos bienhechores de la política del felipismo, no del socialismo-- ofenda tanto a la realidad-verdad histórica, excepto tal vez cuando cita las fechas de nacimiento y de su óbito. Es por ello que quiero hacer unas aclaraciones sobre esos presuntos datos históricos que tan machaconamente nos ofrece el MUNDO para defender la figura de una mujer que dio lo mejor de sí misma para defender, valga la redundancia, unos ideales, los del comunismo, que siguen y seguirán vigentes mientras exista un sistema explotador capitalista. Hasta tal extremo dio lo mejor de sí misma que llegó a perder un hijo, Rubén, en la Gran Guerra Patria que sostuvo el pueblo soviético contra las tropas hitlerianas durante la II Guerra Mundial, dato que se omite --y es que la omisión también es un pecado, Sr. Pedro Jota Ramírez, y más cuando se produce deliberadamente-- pues file la muerte de su hijo lo que la contuvo muchas veces de llorar amargamente por una España sumida en una cruel dictadura; y lejos de fomentar odios fratricidas propuso la llamada Reconciliación Nacional, tal fue el espíritu pacificador de Dolores Ibárruri Pasionaria.

Hay varias afirmaciones rotundamente falsas en el articulo de la sección CRÓNICA, de EL MUNDO, que conviene, por mor de la justicia histórica, desmentir.

1) Se afirma que Dolores Ibárruri Pasionaria ha concitado el odio de otra parte mucho mayor --se sobreentiende que del pueblo español. Nada más falso, pues fue Dolores Ibárruri quien con su ejemplo vital se granjeó la simpatía de muchos españoles que, situados en el bando nacional, la veían como una mística, muy cercana al sentir del pueblo. Ejemplos humanos hay de sobra cuando en medio de una propaganda feroz anticomunista por parte de los sublevados que vertían las más atroces mentiras y calumnias, como por ejemplo aquella noticia en la que con grandes titulares aparecía la leader comunista bolchevique era calificada como un monstruo. Pues bien, en estas condiciones de manipulación informativa por parte del bando faccioso, el pueblo español, al cual no se le puede engañar, acudió a ella cuando, en medio de una guerra civil, se concitaba algún que otro desmán, para que se pusiera disciplina y ayudara a salvar vidas sacrificadas inútilmente.

2) Se afirma que su singularidad iconográfica oculta una nulidad intelectual casi absoluta Nada más falso. Escribió inteligentísimos artículos en la Redacción de Mundo Obrero que demostraban un nivel intelectual mucho mayor que del escribiente del MUNDO; escribió un libro El Camino en el que manifestaba lo siguiente Pensé en ser religiosa y abandoné la fe. Quise se maestra de niños y fui propagandista revolucionaria; soñé en la felicidad y la vida me golpeó con dureza, en lo más íntimo, en lo más entrañable..., lo que viene a corroborar lo que he manifestado anteriormente.

3) Se afirma que no pasó hambre de niña. Pues la verdad es que en su pueblo no se comía muy bien que digamos: un pueblo minero como es Gallarta, donde no había trabajo apenas, pues la mina a cielo abierto jugaba muy malas pasadas a los mineros.

4) Se afirma que estudió hasta los 15 años y que su formación escolar fue buena para la época. Se contradice el oculto periodista con la afirmación que hablaba de su nulidad intelectual.

5) Se afirma que Dolores Ibárruri estaba condicionada por el carácter minúsculo y sectario del comunismo. No olvidemos que no podía ser de otra forma, pues el PCE se había creado recientemente durante la escisión procomunista de 1919, pero que contaba con una mayoría de comunistas adheridos a la III Internacional --que nada tenía que ver con el PSOE--, a la luz de la revolución bolchevique en Rusia; y que en medio de una dictadura, la de Primo de Rivera (1923), se impuso un orden oligárquico donde los comunistas fueron perseguidos duramente. Dolores Ibárruri sufrió cárcel por ello.

6) Se habla sobre las traiciones que Dolores Ibárruri infligió a Bullejos. Falso! Dolores Ibárruri no traicionó jamás a ningún camarada del Partido; fue ella quien en algún momento se pudo notar sola en medio de las críticas de algunos camaradas. Recordemos que Dolores Ibárruri era una mujer que para la época significó una precursora del movimiento feminista y del papel vitalizador que cumple la mujer hoy en día en el mundo del trabajo. Iguala o gana con ello a destacadas feministas de la época, como Victoria Kent, Margarita Nelken o Federica Montseny.

y 7) Se afirma que se enamoró de Francisco Antón. Éste pertenecía a la Internacional Comunista y al Buró Político junto con Dolores Ibárruri, Hernández, Mije, y Martínez Cartón; Francisco Antón se encarga de las relaciones en el interior de España en el tiempo de la posguerra. Cualquier relación sentimental que pudiera tener Dolores Ibárruri pertenece al ámbito privado, y es que los líderes de masas se pueden enamorar también, pero éste no es el caso. Lo cual demuestra una falsedad histórica terrible al comparar el diario de Pedro Jota, a Dolores Ibárruri con una trotaconventos. Una vez más los comunistas tendremos que esforzarnos para que la realidad histórica, la verdad, salga a relucir.

A Dolores Ibárruri Pasionaria

Naciste como minera en Gallarta,
paloma mensajera de los pozos,
esperanza de los que sufren negros
aspavientos, desdichas del patrón.
Tus escritos fueron luminosidad,
tu comportamiento, un ejemplo a seguir,
un seguimiento de los buenos hombres,
presos de la amargura del carbón.

Norberto García-Dotor, en su libro RETAMAS