Naciones Unidas debe intervenir para impedir el ataque de EE.UU. contra Iraq
Ramsey Clark
Ex-Fiscal General de EE.UU. y presidente de la organización 'International Action Center'
Al cumplirse -el 6 de agosto- 12 años de la imposición a Iraq por el Consejo de Seguridad de un régimen genocida de sanciones hasta hoy vigente y cuando son cada vez más certeros los indicios de que la Administración Bush va a atacar y ocupar este país en los próximos meses, Ramsey Clark, ex Fiscal General de EE.UU. y presidente del International Action Center, ha remitido la siguiente carta a los embajadores de los países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con copia a su secretario general y al senador Biden, de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense. En su nueva carta, Clark exige a Naciones Unidas que intervenga eficazmente para impedir el asalto final de EE.UU. contra Iraq. 'Cualquier esperanza que le reste a los pueblos del mundo de salvar a las generaciones venideras del azote de la guerra por medio de la actuación de Naciones Unidas sería aniquilada por un nuevo ataque de EE.UU. contra Iraq', afirma Clark al inicio de su carta. [CSCAweb]
"Querido embajador:
Cualquier esperanza que le reste a los pueblos del mundo de salvar a las generaciones venideras del azote de la guerra por medio de la actuación de Naciones Unidas (LA ONU) sería aniquilada por un nuevo ataque de EE.UU. contra Iraq. Las amenazas de ataque, invasión y derrocamiento del gobierno de Iraq reiteradas por el presidente George Bush, el vicepresidente Cheney, el secretario de Defensa Rumsfeld, y varios funcionarios de la Administración y responsables del Pentágono han sido constantes durante un año. La guerra psicológica es en sí misma un crimen contra la paz y viola la Carta de la ONU. Hoy [29 de julio] el titular de primera página del New York Times -"EE.UU. evalúa un ataque contra Bagdad como la opción iraquí"- es un típico ejemplo de la intención aterrorizadora de tales amenazas. El daño a la población civil de Bagdad de tal ataque sería, además, enorme.
La ONU debe intervenir para impedir un ataque de EE.UU. contra Iraq
Si la ONU no es capaz de impedir que EE.UU. -un miembro permanente de su Consejo de Seguridad (CS)- cometa crímenes contra la paz y la Humanidad, así como crímenes contra una nación que ya ha sido agredida por EE.UU. más allá de lo tolerable, entonces ¿cuál es la utilidad de la ONU? Al menos, debe expresar públicamente su oposición contra cualquier ataque o intento de derrocamiento del gobierno de Iraq.
EE.UU. bombardeó despiadadamente un Iraq indefenso durante 42 días en 1991
EE.UU. lideró y glorificó el ataque masivo contra Iraq de enero a febrero de 1991. El Pentágono informó entonces que había efectuado 110.000 salidas aéreas contra la indefensa Cuna de la Civilización, lanzando sobre ella 88.5000 toneladas de bombas. Extensos bombardeos destrozaron la viabilidad económica de la sociedad civil en todo el país, matando a decenas de miles de ciudadanos iraquíes y de otras nacionalidades. La mayor parte de los bombardeos fueron dirigidos contra la población civil y sus medios de subsistencia, de una manera aún menos precisa que los indiscriminados ataques lanzados recientemente contra Afganistán. Las bombas estadounidenses destruyeron los sistemas de aguas y de suministro de energía eléctrica, de comunicaciones y transporte, industriales y comerciales, agrícolas, avícolas y ganaderos, de almacenaje de alimentos, medios de subsistencia, de producción de fertilizantes e insecticidas, mercados y centros económicos, tesoros arqueológicos e históricos, viviendas, áreas residenciales, escuelas, hospitales, mezquitas, iglesias y sinagogas.
El Pentágono estableció sus bajas en 156, de las cuales la tercera parte lo fueron por "fuego amigo" y el resto de manera accidental: no tuvo ninguna pérdida en combate.
EE.UU. forzó en 1990 la imposición de sanciones genocidas contra Iraq
EE.UU. diseñó las sanciones económicas contra Iraq que el CS aprobó el 6 de agosto de 1990, fecha del 45 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. Estas sanciones son la causa directa de la extremadamente cruel muerte de más de un millón de personas, el mayor crimen contra la Humanidad de la última década de un siglo que ha sido el más violento de la Historia. Cada una de estas penosas muertes de una persona consumida por la malnutrición, el Kwashiorkor (enfermedad causada por la falta de proteínas en la dieta), la acometida de la deshidratación debida a la contaminación de las aguas o las enfermedades era evitable.
Las sanciones continúan hasta el día de hoy causando centenares de muertes diarias. Cada una de las agencias de la ONU encargadas de la alimentación, la salud o la infancia -FAO, PMA, OMS, UNICEF- ha proclamado el horror, la magnitud y la responsabilidad por esta catástrofe humanitaria. La gran mayoría de las muertes causadas por la sanciones corresponden a bebés, niños y ancianos, a enfermos crónicos o casos urgentes: ellos son los más vulnerables al agua contaminada, a la malnutrición y a la falta de medicamentes, equipos y suministros sanitarios.
La afirmación de EE.UU. de que el gobierno iraquí es el responsable de estas muertes por falta de alimentos y medicinas es falsa. EE.UU. bloqueó la venta de petróleo iraquí durante seis años antes de plegarse aparentemente ante la demanda humanitaria de permitir la venta de petróleo para la adquisición de alimentos y medicinas. Desde 1997, momento en que las ventas de petróleo iraquí comenzaron, EE.UU. ha frustrado y ralentizado el programa "petróleo por alimentos", que no provee los ingresos suficientes para detener el deterioro diario de la salud y el incremento de las tasas de mortalidad en Iraq.
Antes de las sanciones no había prácticamente en Iraq malnutrición, y el acceso libre a los hospitales, servicios sanitarios y medicinas era un modelo para la región. El actual sistema gubernamental de distribución de los productos alimentarios disponibles es un modelo de equidad y eficacia, fallando tan solo en la cantidad y variedad de los alimentos.
La aviación militar de EE.UU. ha atacado Iraq a su antojo durante 12 años
EE.UU. ha estado implicado en agresiones aéreas contra Iraq a su voluntad desde marzo de 1991, momento en que finalizaron los ataques masivos previos, de intensidad media de una salida aérea cada 30 segundos. Sin haber perdido un solo avión, EE.UU. ha asesinado en sus ataques a personal de limpieza del hotel al-Rashid, en Bagdad, en lo que fue un fallido intento de asesinato de Sadam Husein; a un goteo anual de personas muertas en los ataques contra estaciones de radar en las zonas de exclusión aérea impuestas por EE.UU. o en sus proximidades; a todas los individuos a bordo de un helicóptero de la ONU derribado por un avión estadounidense; así como a civiles de toda condición, incluida la famosa pintora Leila al-Attar, directora del Centro Nacional Iraquí de las Artes,
Iraq no es una amenaza para EE.UU., los países de la región o cualquier otra nación
EE.UU. afirma falsamente que Iraq está trabajando en el desarrollo de armas de destrucción masiva para atacar a Norteamérica, a Israel, a sus vecinos, o a cualquier otro país. EE.UU. afirma que sus ataques de 1991 destruyeron el 80% de la capacidad militar de Iraq. Los esfuerzos de inspección de la ONU condujeron a descubrir y desmantelar el 90% de la capacidad de Iraq posterior a 1991 en el desarrollo de armas de destrucción masiva. Iraq, su pueblo y sus recursos están hoy exhaustos. Hay una generación raquítica de niños y niñas menores de 10 años, y una población debilitada de todas las edades. Estas son las victimas del peor crimen contra la Humanidad de las últimas décadas.
EE.UU. es el mayor generador de violencia del planeta
Dos de los más altos cargos de LA ONU responsables de las inspecciones armamentísticas del organismo internacional en Iraq y un importante ciudadano estadounidense participante en las inspecciones han dimitido, denunciando el régimen de sanciones y negando que haya una amenaza de que Iraq desarrolle armas de destrucción masiva.
EE.UU. tiene más bombas atómicas que todas las demás naciones juntas, así como los más sofisticados y numerosos sistemas para el lanzamiento de sus armas nucleares, incluyendo la flota de submarinos Trident II. EE.UU. posee los mayores arsenales de armas biológicas y químicas, al tiempo que desarrolla las investigaciones más avanzadas y amplias a nivel mundial sobre las armas de destrucción masiva. Sus gastos militares exceden la suma de los nueve mayores presupuestos en defensa del mundo. El presidente Bush ha reiterado el derecho a "golpear primero". EE.UU. atacó Hiroshima y Nagasaki con bombas atómicas, y hoy sigue justificando este tipo de actos.
EE.UU. ha denunciado los tratados para el control de las armas nucleares y su proliferación; ha impedido el reforzamiento de las convenciones sobre las armas biológicas al votar en contra de su protocolo; y ha rechazado el tratado de prohibición de minas terrestres, el Tribunal Penal Internacional y virtualmente cada uno de los esfuerzos internacionales para controlar y limitar la guerra. La "Guerra contra el Terrorismo" de EE.UU. es una declaración de su derecho a atacar primero, a quien sea, donde sea, basándose en la mera sospecha o sin necesidad de excusa alguna, unilateralmente.
EE.UU. quiere derribar el gobierno de Iraq y muchos otros más violando la ley. A menos que se le impida, la oportunidad de establecer la paz y la igualdad global de oportunidades económicas, sociales, culturales y políticas entre las naciones se perderá. ¿Qué gobierno constituye la mayor amenaza para la paz mundial o para Mesopotamia y sus vecinos?: ¿EE.UU. o Iraq?
Un ataque de EE.UU. contra Iraq para derribar su gobierno sería una flagrante violación de la Carta de la ONU, la Carta de Nuremberg y el Derecho Internacional
Si -tal y como ha prometido en repetidas ocasiones- EE.UU. ataca Iraq para derribar su gobierno, ello sería la más notoria, arrogante y despreciativa violación de la Carta de la ONU, de la Carta de Nuremberg y de la legislación internacional hasta ahora sufrida y, probablemente, que pueda sufrirse en el futuro. Solo el poder absoluto, no refrenado por norma legal o patrón de decencia humana alguno, puede escarnecer tan abiertamente a una víctima como el presidente Bush ha escarnecido a Iraq. Debido a que EE.UU. ha cometido injusticias históricas contra Iraq -la mayoría durante el mandato del padre del actual presidente- y que aún busca dominar la región, el presidente Bush, su vicepresidente y otros miembros de su Administración odian Iraq y quieren finalmente destruirlo.
Le escribo a Usted esta carta, a cada uno de los representantes ante la ONU de los países miembros del CS, al presidente de la Asamblea General, así como al presidente Bush. Es una más de una serie de cartas en las que se describe y protesta por las injusticias cometidas por EE.UU. y la ONU contra Iraq. La amenazante injusticia consignada aquí es la peor de todas ellas. Si tras 12 años de su desbastador ataque aéreo y de sanciones genocidas, de omnipresente riesgo o realidad reiterada de azarosos ataques de su siempre acechante aviación, y de las permanentes amenazas contra su indefensa víctima, EE.UU. perpetra su golpe de gracia contra el pueblo iraquí ante el silencio de la ONU y de las prósperas naciones del mundo, la vergüenza y la impotencia humanas nos condenarán a una violencia aún mayor
Un ataque de EE.UU. contra Iraq ocasionará más y mayor violencia: se precisa una intervención urgente de LA ONU para impedirlo
Le urjo a que de manera inmediata active en la ONU, su Asamblea General, su Consejo de Seguridad y todas sus Agencias a fin de denunciar las reiteradas amenazas de EE.UU. contra Iraq y exigir su inmediato cese, advirtiendo a EE.UU. que un ataque suyo contra Iraq constituiría una violación de la Carta de la ONU, del Derecho Internacional y de la amistad de todos aquéllos que buscan la paz y respetan la dignidad humana.
Un ataque de EE.UU. contra Iraq violaría la Constitución y las leyes estadounidenses, determinando procesamiento y juicio ante el Senado de EE.UU., así como cargos criminales ante los tribunales federales contra el presidente Bush y todos los funcionarios responsables
Un ataque contra Iraq por parte de EE.UU. violaría asimismo la Constitución y la leyes estadounidenses y expondría al presidente Bush a su procesamiento por la Cámara de Representantes bajo la Constitución de EE.UU. por los máximos crímenes , aquéllos cometidos contra la paz y la Humanidad, así como a procesamiento por el Senado de EE.UU. y juicio ante la corte federales.
Desafortunadamente, en los últimos años, nuestra Constitución ha sido más honrada a base de las infracciones que ha padecido que con la fiel observancia de los derechos que pretende proteger para todos. Pero el esfuerzo requerido para que cualquier autoridad estadounidense que participe en un ataque contra Iraq rinda cuentas por ello debe ser aquí realizado por quienes aman a su país y porque la razón reitera que actúan en defensa de la justicia.
Sinceramente
Ramsey Clark
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 9 de agosto de 2002