Doña Pilar Primo de Rivera y Saénz de Heredia, condesa del Castillo de la Mota, es la señorita a la que alude aquí la Pasionaria. Para la Propaganda del régimen de Franco siempre seguirá siendo «la Señorita Primo de Rivera» por esa detestable costumbre que hace que las solteras hayan de seguir siendo señoritas.

A partir de su colaboración en la obra de su hermano, la biografía de Doña Pilar es de escaso relieve, aunque siguió siendo una figura del régimen franquista hasta el final como Delegada Nacional de la Sección Femenina de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. El machismo falango-franquista no permitía a la mujer sino actuar como segundona sometida en todo al varón, y así sin poder ostentar responsabilidades directivas no supeditadas. La propia Doña Pilar encarnaba y defendía esas ideas de recluir a la mujer en el hogar, al menos hasta que hubiera criado a sus hijos.

Entre sus actuaciones están las múltiples visitas a la Alemania de Hitler, como símbolo de la unión de los dos fascismos; p.ej. en 1940 en compañía de Ramón Serrano Súñer, Demetrio Carceller y otros (Ellwood, p. 136). También cabe mencionar que Doña Pilar encabezó la delegación española a la reunión de la «Juventud Europea» en la Florencia de Mussolini en 1942 (ibid. p. 137)

Las principales actividades de esa Sección Femenina fueron la Escuela del Hogar --que pretendió inculcar en las niñas y muchachas españolas la vocación de servicio al marido y a los hijos y de desempeño fiel de las labores domésticas-- y los Coros y Danzas para popularizar el folclore tradicional.