WASHINGTON, 18 de julio.-- Un informe sobre la pena de muerte en Estados Unidos indica que las pruebas del ADN han revelado errores en los casos de 69 condenados a la pena capital, lo que muestra que hay muchos más inocentes en espera de ser ejecutados de lo que se creía.
Cerca de 400 personas han sido ejecutadas en Estados Unidos en los últimos 20 años, y otras 3 200 aguardan a que se cumpla la sentencia en el denominado corredor de la muerte.
«Por cada seis personas que hemos ejecutado en 20 años, descubrimos una que es completamente inocente, explicó Richard Dietes, director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte y autor del informe Inocencia y pena de muerte: el peligro de ejecutar a inocentes.
Este trabajo refleja que 69 condenados a muerte han tenido que ser puestos en libertad, ya que las pruebas genéticas del ADN demostraron que se cometieron errores al atribuirles un crimen.
El número de personas que han sido puestas en libertad después de haber sido condenados a muerte demuestra, según el estudio, que el incremento en la tendencia a aplicar este tipo de pena a los procesados va acompañado de un aumento en los errores.
Al menos el uno por ciento de los condenados es inocente, indica el informe. «El sistema está seriamente agrietado», afirma Richard Dietes «y debe ser profundamente revisado antes de que se cometan errores irrevocables».
También el documento hace mención a otro aspecto controvertido, el de la utilización política de la pena de muerte en los procesos electorales, e indica que muchos legisladores, fiscales y jueces promueven la implantación de la pena máxima en sus campañas. La pena de muerte está instaurada en 38 de los 50 estados de Estados Unidos.
El informe no incluye a las personas inocentes que han sido ya ejecutadas, pero cita una investigación de dos profesores norteamericanos que aseguran que se ha quitado la vida a 23 inocentes en Estados Unidos en los últimos 100 años.