Las cifras no dejan lugar a dudas: 685 muertos en accidentes de trabajo durante los seis primeros meses de 1997; 982 muertos el pasado año. Son unas cifras excesivas que no dejan de crecer y que reflejan la selva en la que se ha convertido el mercado laboral. Dentro de esos números negros, debemos destacar la realidad de uno de los sectores más castigados: la construcción, donde han perdido la vida en lo que va de año 190 trabajadores.

Unas cifras inaceptables en las que emerge como factor determinante el tipo de contratación, con un dramático castigo para quienes, cada vez más, se encuentran atrapados por la temporalidad y la precarización.

Estamos ante una situación en la que todos conocemos a los máximos culpables: empresarios sin escrúpulos, gobiernos al servicio exclusivo de los intereses del capital, inspecciones de trabajo que se lavan las manos, comités de empresa que no funcionan... Una situación que se está agravando progresivamente por el auge de las contratas y subcontratas, de los destajos y de la temporalidad en el empleo.

Para CGT se trata de una problemática a la que se debe dar un tratamiento específico y a la vez incluirla en todos los procesos de interlocución sindical, a niveles de empresa, sector y general; denunciando cada hecho y buscando respuestas más allá de las actuaciones meramente formalistas que luego se quedan en el olvido. Una grave situación para los trabajadores que entre todos debemos enfrentar y atajar a través de la denuncia de responsabilidades concretas y de la defensa sin paliativos de la dignidad de las condiciones de trabajo.

El total de accidentes en jornada de trabajo en los seis primeros meses de 1996 fue de 307.668 y, en los seis primeros meses de 1997, 328.372, lo que supone un aumento de 6,73%.

La tasa de siniestralidad según el tipo de contrato es la siguiente: 43,5 por cada 1000 asalariados con contratos indefinidos y de 104,6 por mil asalariados con contrato temporal; estas cifras corresponden al año 1996.