Desde mediados de la década pasada, la política de vivienda en España refleja como ninguna otra el significado de las políticas neoliberales y los resultados de la confluencia europea. Desde entonces no se han dejado de articular medidas que favorecen a los agentes económicos para actuar con entera libertad en la obtención de beneficios. En la medida que la vivienda fue definida como una inversión, se convirtió en uno de los espacios privilegiados para el capital nacional y europeo.
La actuación pública ha seguido las directrices de las instituciones que regulan la economía internacional, interviniendo para desregular, liberalizando y privatizando para hacer más rentable la inversión privada. Recordemos lo que en 1990 el Consejero de Política Territorial de la Comunidad de Madrid manifestaba en un artículo sobre las grandes ciudades: «Especular supone un riesgo y en cierto modo es una actividad legítima... siendo ineludible la especulación en un sistema de mercado»; y añadía «Esto no es simplemente por prudencia, sino una condición necesaria para intervenir en el mercado sin destruirlo».
Las consecuencias de estas políticas son bien conocidas: la expulsión de la población con menores recursos a zonas más alejadas, provocando la segregación y jerarquización de la ciudad en función de las rentas, la desaparición progresiva de la función residencial en los centros urbanos de las ciudades, el deterioro de las condiciones de vida y en definitiva la exclusión de importantes franjas de la población como demandantes de vivienda.
A pesar de los juegos con las cifras, es bien conocido que el precio de la vivienda se ha multiplicado por siete en los últimos diez años y que desde 1980 hasta hoy el esfuerzo necesario para adquirirla es diez veces mayor. Como consecuencia con las rentas del trabajo de un salario medio es imposible acceder a una vivienda.
No obstante, se ha pretendido ocultar el resultado final de estas políticas, hablando de «progreso social», de «mejora de la economía nacional» o del «descenso del paro y la inflación». Todos estos argumentos ocultan la realidad en que vive un porcentaje importante de la población.
Sin embargo para lograr una supuesta mejora de la economía se han garantizado los mayores beneficios históricos de la Banca y de la Bolsa y se han primado el apoyo a la inversión en vivienda mediante ayudas fiscales (de los recursos del Estado sólo el 30% han sido ayudas directas dedicándose el 70% a beneficios fiscales).
En la otra cara de la moneda se encuentra el desempleo y la precarización --que alcanza ya al 40% de la población asalariada--, situaciones que impiden directamente el acceso a la vivienda, cuando no suponen su pérdida --5.000 desahucios o impagos en Madrid en el año 1996.
El punto más crítico para el acceso a la vivienda se sitúa entre la población más joven donde el paro alcanza al 40% y la precariedad al 64% de los empleados.
Desmovilización social
La conversión de las Asociaciones de Vecinos en entidades de servicios, el abandono de las reivindicaciones y movilizaciones por parte de muchas de estas organizaciones, ha sido uno de los factores determinantes que ha permitido llegar a la situación actual.
Las respuestas surgidas desde los Sindicatos se han dirigido hacia la promoción cooperativa siguiendo un modelo que en nada se distingue de las históricas comunidades de propietarios y que sólo puede resolver el problema de la vivienda de una franja muy estrecha de la población trabajadora. Su papel de interlocutor social y la aceptación del marco de actuación de la política de vivienda ha dado la respuesta que necesitaba una administración pública que requiere contar con una figura social que llene el vacío dejado por el Estado, en este sentido los Sindicatos han actuado objetivamente como agentes privatizadores dificultando otras alternativas que reivindicaban la intervención directa del Estado en la promoción de viviendas.
En general se ha producido una desmovilización que ha permitido que las políticas promovidas por las diferentes administraciones salgan adelante, lo que hace unos años habría sido inaceptable y motivo de movilizaciones, hoy es aceptado como un mal menor y como la única posibilidad que se ofrece en este modelo social, que tan sólo permite aspirar a entrar en el reparto.
-- Es necesaria una nueva legislación que proteja el valor de uso de la vivienda frente a su valor de cambio, que asegure el derecho al realquilamiento y que penalice las viviendas vacías mediante impuestos y expropiaciones con fines sociales. En este sentido deben apoyarse las «ocupaciones» como denuncia y como ejercicio de soluciones alternativas.
-- Es preciso el aumento y la redistribución de los recursos públicos desactivando el fomento de la inversión y asumiendo la intervención pública directa como actividad prioritaria del Estado, dedicando los recursos necesarios para hacer frente a las demandas reales.
-- Se requiere precisar cuáles son los esfuerzos máximos que la población debe hacer para obtener una vivienda y que esas cantidades sean los precios reales asegurados por el Estado, con independencia de los sistemas financieros privados.
-- La promoción cooperativa debe desarrollar procesos colectivos tanto en la propiedad como en la responsabilidad financiera y en la puesta en uso y mantenimiento de las viviendas.
-- La rehabilitación de los edificios, especialmente en el centro, debe contemplar las necesidades de sus actuales ocupantes, su permanencia en el barrio, la mejora de los servicios disponibles, llegando a la expropiación y a la rehabilitación pública cuando sea necesario.
Tras el desalojo durante la última semana de 2 casas okupadas en Sants, el Ayuntamiento pretende ahora desalojar el CSO la Hamsa, argumentando que el estado ruinoso de una parte de la edificación supone un peligro público.
La jueza Ana Mª García Esquina nos da un plazo de 7 días para presentar un recurso. El miércoles 28, día en que vence el recurso, se nos insta a marcharnos del CSO,
Animamos a toda la gente que se solidarice con el CSO La Hamsa a enviar faxes de protesta al Juzgado nº 50 de Instrucción (Ana Mª G. Esquinas) Nº de Fax (93) 482 58 60 ext-50 o llamar al teléfono (93) 482 58 60
El Sábado 24 a las 12 , saliendo de la Pça Bonet i Muixí en Sants, os convocamos a un PASACALLES-CERCAVILA por la Okupación
El miércoles 28 a las 8:30 de la mañana, CONCENTRACIóN frente a La Hamsa y a las 20 h MANIFESTACIóN CONTRA LOS DESALOJOS en Rambla Canaletas.
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COMUNICADO DE PRENSA SOBRE LO OCURRIDO EN EL BARRIO DE SANTS EL 20 DE ENERO DE 1998
Para evitar incidentes y no caer en esta burda provocación, la gente se desvió por la calle Gayarre, dirigiéndose a la casa desalojada para concluir la manifestación. Al final nos seguía un grupo de mas de 20 policías de paisano que procuró hacerse visible en todo momento, dejando demostrada la desmedida presencia policial y alterando el curso pacífico del acto.
Una vez que llegamos a la calle Hartzembusch esquina Constitución, dos de los policías se dirigieron a cuatro manifestantes rezagados con una clara postura intimidatoria: mientras uno de ellos se sobaba los genitales, el otro se metió la mano en la chaqueta y amenazó a los manifestantes con una pistola.mostrar la pistola.
A pesar de la tensión, los manifestantes intentamos concluir el acto con normalidad, concentrándonos delante de la casa desalojada. Mientras tanto, el grupo de policías de paisano se agrupó en la Plaza Fénix mientras seguían gritándonos e insultándonos. Con motivo de alejarlos, un grupo de gente los invitó a que se marchasen. En este momento AL MENOS TRES DE LOS POLICÍAS SACARON SUS PISTOLAS MIENTRAS GRITABAN HISTÉRICAMENTE, VISIBLEMENTE EXALTADOS POR ALGUNA SUSTANCIA ESTIMULANTE. Sólo la tranquilidad y el dominio de la situación por parte de los manifestantes evitó que ocurra una masacre, ya que esto sucedió en una calle de 4 metros de ancho y casi sin la presencia de vecinos.
Sin caer en esta nueva provocación, nos desplazamos en bloque hasta la Plaza Bonet i Muixí, dónde nos disolvimos delante del grupo de policías que continuaba intimidándonos del otro lado de la calle. Al marchar, 5 personas fueron detenidas con cargos aún desconocidos .
Hemos de remarcar que durante la noche las casas okupadas del barrio hemos estado sometidas al control y el despotismo policial, hasta el punto que la Guardia Urbana se ha personado sin motivo en una de las casas por el puro gusto de intimidarnos.
Queremos manifestar nuestro rechazo contra la brutalidad policial ejercida en nuestro barrio y dejar claro que estos hechos sólo demuestran que los violentos son los que llevan placa y se extralimitan en su poder, los que llevan pistola y apuntan contra jóvenes disidentes. Ellos, y no nosotros, son los violentos.
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CASAS I CENTROS SOCIALES OKUPADOS DE SANTS
Kasa de la Muntanya OKUPA Y RESISTE
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¡PARAMOS EL DESALOJO!{8}NOTA_al_pie
Ayer miércoles 27 de enero, más de 1500 personas se manifestaron pacíficamente en Hospitalet, municipio periférico de Barcelona, desafiando a la lluvia y el frío que arreciaban contra ellos, para detener el anunciado desalojo del Centro Social Okupado La Vakeria, ordenado para la mañana siguiente.
Esta mañana, desde las siete y media de la mañana, comenzó a concentrarse gente en las puertas y cercanías de La Vakeria. otra vez el frío y la lluvia parecían estar a favor de los especuladores pero a pesar del tiempo, de ser un día laborable y una hora tan temprana unos llegaban, estaban una hora y se iban a trabajar; otros estaban un rato y seguían su camino. Así y todo el número de gente que se veía en la calle y portales cercanos ascendió a unas 400 personas.
Al mediodía llegó la noticia de que se había parado el desalojo. Para volver a intentarlo tienen que cursar una nueva orden, lo que en principio les llevará una semana o mas.
Por la noche, respondiendo a la convocatoria del CSO la Vakeria y el CS la Hamsa, unas 2500-3000 personas se manifestaron pacíficamente (si bien notamos la presencia de unos cuantos, muchos, violentos armados con placa que se hacían pasar por gente).
La manifa fue desde la plaza Cataluña, Rambla Canaletas hasta el CS la Hamsa, en el barrio de Sants, festejando la victoria de la mañana en la Vakeria y demostrando el poder de convocatoria que las okupas de Barcelona generan.
Por el camino, desde los balcones del ensanche y el barrio de Sants, numerosos vecinos aplaudieron y vitorearon el paso de la mani.
Esta jornada exitosa nos da más fuerza y ganas de seguir manteniendo la lucha contra los especuladores y sus esbirros y no bajar la guardia ante sus engaños, pero también nos pone en estado de alerta constante frente a la ola de desalojos que comenzó a fines del año pasado.
La Lucha continúa... ¡Queremos Todo para Todos y ahora!